El Muy Ilustre Cabildo de Caballeros de Cuenca tiene su origen en la conquista de Cuenca por Alfonso VIII de Castilla a los almohades el día de San Mateo, 21 de septiembre, de 1177.

Sin interrupción en el tiempo, el Cabildo ha recibido diversas denominaciones; Cabildo de Caballeros de Cuenca, en las actas municipales de 1442;  en 1498, como Cabildo de Caballeros y Escuderos de la ciudad de Cuenca, disponiendo que sus nuevos miembros pagasen en su ingreso 600 maravedíes y una libra de cera como se acostumbra; en 1499, en la Comisión al Corregidor de Cuenca, en la que se debatió el envío de las cuentas del Cabildo de los Caballeros y Escuderos de Cuenca al Consejo, para que fueran examinadas; en 1502 y 1503, en la regulación de las Ordenanzas del Cabildo de Caballeros y Escuderos de Cuenca.

Siguiendo la corriente del Siglo XVI de fundar cofradías tendentes a la agrupación de sus miembros por su condición, oficios, profesiones etc. el dos de julio de 1565, dos hidalgos conquenses y miembros del Cabildo de Caballeros de Cuenca, Juan del Varrio y Alonso de Pedraza, presentaron las ordenanzas para la creación de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y la Cruz. Esta Cofradía, al ser de condición nobiliaria desde su creación desarrolló sus actividades en paralelo al Cabildo de Caballeros de naturaleza civil, compartiendo a la mayoría de sus miembros. Por Bula de S.S. Clemente VIII de 1602 tiene en exclusiva el derecho de organizar la procesión del Santo Entierro el Viernes Santo en Cuenca y que el Cabildo ha ejercido, ininterrumpidamente, desde entonces.


Este Cabildo de Caballeros de Nuestra Señora de la Soledad y de la Cruz es mencionado en 1787, como “célebre y venerable hermandad de los caballeros distinguidos de esta noble ciudad con la advocación de Nuestra Señora de la Soledad”, en 1834, como “piadosa hermandad de caballeros nobles de Nuestra Señora de La Soledad y Santo Sepulcro”, en la carta de Su Santidad León XIII de 1903 al Cabildo como “Capitulo equitum Nostrae Dominae a Solitudine et Sancti Sepulchri “ y por último en la concordia con la Parroquia del Salvador de 1927 como “Muy Ilustre Cabildo de Caballeros de Nuestra Señora de la Soledad y del Santo Sepulcro”.

Desde un punto de vista histórico, como indica Manuel de Parada y Luca de Tena, VI marqués de Peraleja, caballero que fue capitular de este Cabildo, la función del Cabildo de Caballeros de Cuenca abarcaba los campos civil-económico, militar y religioso.

Civil-Económico

La administración de la res publica la ejerció, entre otras, mediante diversas disposiciones emanadas de varios reyes como, a modo de ejemplo, franquicias por disposición de Alfonso X en 1272, exenciones tributarias por Sancho IV, montazgos o rentas del alhorí municipal… Por otro lado, también se estableció, en 1293, que tres de sus miembros atendieran siempre los asuntos de la Ciudad ante la Corte, situación esta que fue evolucionando dependiendo de las nuevas normas emanadas de los monarcas. Pueden destacarse, entro otros, como representantes ante las Cortes: D. Gómez y D. Luis Carrillo de Albornoz, Mosén Diego de Valera, D. Lope Vázquez de Acuña, D. Honorato de Mendoza, primogénito del Señor de Cañete, D. Luis Pacheco de Silva, señor de Villarejo de Fuentes…

Es en estas ordenanzas de 1542, conservadas mediante traslado autentico en el archivo Diocesano de Cuenca, en las que se recuerda la inmemorial advocación del Espíritu Santo y patronazgo del Señor Santiago. Posteriormente, en 1603, se acuerda llevar estandarte propio a sus oficios religiosos, en particular a la misa celebrada en el Hospital de Santiago de Cuenca que la Orden de dicho nombre celebraba por la festividad de Santiago.

Es importante mencionar la incorporación a las posesiones del Cabildo a finales del S. XVIII del vínculo de Torralba heredado de Dña. Petronila de Jaraba permaneciendo en el Cabildo hasta mediados del S. XIX y que proporcionó numerosas rentas al mismo. En el año 1851, aun acudió el Cabildo a la Dirección General de la Deuda Pública en demanda de que se diese orden para que con regularidad se librasen dichos réditos del vínculo de Torralba, instruyéndose el expediente, sin que se comunicase resolución alguna y actualmente se haya perdido.

Militar

Adicionalmente a la función cívico-administrativa del Cabildo, la función militar fue también extremadamente importante al estar el Cabildo, y sus miembros, a disposición de las diversas empresas militares demandadas, ya fuera la preparación de alardes como la asistencia de sus miembros a campañas militares (Andalucía, Sucesión, Portugal, Francia…). Siendo el Cabildo afectado por la Real Cédula de 1572 solicitando la creación de cofradías que dedicasen su tiempo a ejercicios castrenses, no pudo cumplirla en la totalidad, ni el Ayuntamiento, sustituyéndola por la celebración de torneos y cañas en las fechas más significativas de Cuenca (San Julián, Santiago, San Mateo y San Miguel).

alt="Procesión del Santo Entierro Cuenca. Muy Ilustre Cabildo de Caballeros Cueca"

Ya en 1569 consta que tenía las imágenes de Nuestra Señora y del Calvario, del Cristo y la Cruz y en 1602 consta que se pagó al escultor Juan de Villar seis reales por el aderezo de la imagen de Cristo en el Sepulcro, siendo esta la primera mención a la existencia de un Yacente en las procesiones de Cuenca, probablemente sustituida por otra imagen del Santo Sepulcro del mismo escultor alrededor del año 1610.

Durante la Guerra de la Independencia tanto las imágenes como el archivo de la Cofradía fueron saqueados por las tropas francesas, según acta levantada en 1810 por D. Pascual Álvarez de Toledo, segundo Conde de Cervera secretario de la Cofradía y miembro del Cabildo.

La Cofradía se ha reunido, desde su fundación, en la parroquia del Salvador de Cuenca y desde 1605 en la capilla propia en dicha parroquia que aún conserva su uso el Cabildo gracias a diversas concordias con el Obispado, siendo la última de 1927.

La actual capilla es de estilo barroco según reformas de 1664 siendo Mayordomos D. Cristóbal Álvarez de Toledo Milán y Aragón, señor de Cervera y su suegro D. José Carrillo de Toledo, señor de la Parra.

Es de mencionarse que la Cofradía ha sido históricamente considerada como nobiliaria, por estar integrada solo por hijosdalgo según se desprende, entre otros, de los testimonios aportados para las pruebas nobiliarias de D. Fernando Clemente y D. José Antonio Montón para el ingreso como guardiamarinas, o D. Gregorio del Castillo y Álvarez de Toledo como Caballero de la Orden de Santiago en el S.XVIII

Religioso

Como se ha adelantado, siguiendo la corriente del Siglo XVI de fundar cofradías tendentes a la agrupación de sus miembros por su condición, oficios, profesiones etc. el dos de julio de 1565, dos hidalgos conquenses y miembros del Cabildo, Juan del Varrio y Alonso de Pedraza, presentaron las ordenanzas para la creación de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y la Cruz.

Dicha cofradía tenía, entre otras funciones, la organización de la procesión del Santo Entierro en la tarde del Viernes Santo y estuvo desde su fundación bajo el patronazgo del Cabildo de Caballeros.

Debido a la “confusión de estados” en el S.XIX, habiendo perdido el Cabildo de Caballeros su función tanto militar como civil-económica, continúo su función religiosa, mediante el Cabildo de Nuestra Señora de la Soledad y de la Cruz (referida como «celebre y venerable hermandad de caballeros distinguidos de esta noble ciudad con la advocación de Nuestra Señora de la Soledad» en 1787, como «piadosa hermandad de caballeros nobles de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Sepulcro» en 1834, como «Capitulo equitum Nostrae Dominae a Solitudine et Sancti Sepulchri» en la carta de Su Santidad Leon XIII de 1903 y como «Muy Ilustre Cabildo de Caballeros de Nuestra Señora de la Soledad y del Santo Sepulcro» en 1927) el Cabildo de Caballeros ha centrado su función en la organización de la Procesión del Santo Entierro de Viernes Santo en Cuenca así como en el perfeccionamiento en la fe de sus Capitulares siempre con lealtad a la Iglesia, especialmente al Obispo de Cuenca, a su majestad el Rey y a la Patria.

El diseño de la actual bandera data de 1885 y el actual Libro de Actas data de 1903 donde se han transcrito ininterrumpidamente las actas del Cabildo (excepto durante los años de la Guerra Civil, donde ocho de los Capitulares fueron asesinados, incluidos el Obispo de Cuenca y Maestrante de Zaragoza Beato D. Cruz Laplana y Laguna junto a su secretario Beato D.Fernando Español y Berdié, D. Paulino Pérez de Ozaeta…).  En 1939 el Secretario del Muy Ilustre Cabildo de Caballeros de Nuestra Señora de la Soledad y Santo Sepulcro, D. Rogelio Sanchiz Catalán, capitular desde el 25 de febrero de 1894, se impone la tarea de buscar a los supervivientes del Cabildo y rehacer su Capilla e imágenes vandalizadas en la Guerra Civil.

alt="Muy Ilustre Cabildo de caballeros de Cuenca. Portada libro de actas 1903"

Desde 1943 el Cabildo es propietario de la imagen procesional del Cristo Yacente, obra del escultor conquense Luis Marco Pérez, para sustituir a la anterior, del S. XVII, del escultor Juan del Villar, destruida durante la Guerra Civil y desde 1959 de la de Nuestra Señora de la Soledad y de la Cruz, obra de la escultora María Alonso Pérez.

Estas dos imágenes son sacadas en procesión el Viernes Santo y, junto a la imagen de la Dolorosa, forman la mayor parte del patrimonio religioso del Cabildo.

En 1944 se actualizaron los estatutos de 1903 y, entre otros, se creó la Congregación de Nuestra Señora de la Soledad y de la Cruz para que, desinteresadamente, coadyuden a los actos religiosos o civiles del Cabildo formando parte de la Congregación, entre otros, la Camarera de las Imágenes, los heraldos de la fama, los banceros de las Sagradas Imágenes…

En 1966, 2018 y 2024 se vuelven a actualizar los estatutos para ponerlos al día según el Código Canónico vigente. En 2018 la Congregación, creada por el Cabildo mediante estatutos de 1944, pasa a ser una hermandad de Semana Santa independiente del Cabildo.

Tanto históricamente, como en la actualidad, el Cabildo ha sido lugar de encuentro de la nobleza conquense habiendo formado parte de él, sin ser exhaustivos, los siguientes linajes vinculados con Cuenca:

Abascal; Alcalá; Alarcón o Ruiz de Alarcón, marqueses de Valverde y de Valera; Albornoz y Carrillo de Albornoz, señores de Torralba y Beteta; Álvarez de Toledo, señores de Cervera, luego condes, y Carrillo de Toledo, señores de La Parra; Álvaro, Antelo; Añaya; Arteaga, condes de Serrallo, de los duques del Infantado; Ayerbe; Ayora; Bachillera; Barrera, duques de Pinohermoso, condes de Villaleal como señores de Carrascosilla en Huete; Becerril; Briones; Cabrera, de los marqueses de Moya; Cañizares; Carrillo; Casco; Caso de los Cobos; Castillo, señores de Hortizuela; Caja o Caxa; Carrascosa; Cerdán de Landa; Cetina; de la Cuba; Clemente y Aróstegui; Cueva Velasco, condes de Siruela; Chico de Guzmán, señores de Rivatejada; Chinchilla; Chirino; del Hoyo; Lares; León; Falcón; Fernández de Córdova, de los de la villa de Utiel; Fernández Rivera, condes de Monterrón; Font; Girón, de la casa de los señores de Piqueras; Herriega; Hurtado de Mendoza, señores de Cañete, luego marqueses, hoy representados por Queralt, Marqueses de Gramosa, de Cañete y Alconchel; Inestrosa o Henestrosa, señores de Villar del Saz de don Guillén; Jaraba; Justiniano; Ludeña o Lodeña; Luz o Fernández de Luz; Malo; Machado, de origen canario; Merchante, condes de Villa Franqueza; Millán; Montemayor de Córdoba, señores de Ximén Ramiro; Montón; de la Muela y Muelas; Noguerol; Pacheco, señores de Malpesa; Parada, procedentes de la ciudad de Huete; Pareja; Pedrosa; Peñalvira; Pérez de Lerín; Piñango; Pontones; Romero-Girón, hoy representados por Herrán, marqueses de Villarrubia de Langre; Ruiz de Albornoz; Sánchez de Huélamo; Sacedón; Sánchez de Teruel; Saiz; Sanz; Sandoval señores de La Ventosa desde 1340, luego condes en 1618, actualmente representados con el apellido Álvarez de Toledo, de las casas de Alba y Villafranca del Bierzo, de quienes han sido tres de los últimos maestres de la Corporación; Tamayo; de la Torre, Torrepineda; Uribe; Valdés; Valenzuela; Valera; de la Vega; del Valle; Vargas; Vázquez de Acuña, señores de Buendía, luego condes, duques de Huete; Velázquez de Cuellar, Yanguas…